En esta serie coreana de Prime Video, un hombre que decide poner fin a su vida sin esperanza, pero antes de ir al infierno la Muerte le obliga a un juego macabro: tendrá que reencarnarse en doce cuerpos diferentes. ¿Le ofrecerá la muerte otra oportunidad tras conocer la vida a través de otras personas?
Si te perdiste la review de la primera parte, puedes leerla aquí
Contenido
Final explicado de el juego de la muerte (Episodios 5-8)
La segunda parte del juego de la muerte comienza con una escena muy desagradable: nuestro protagonista se despierta junto un cadáver.
Pronto se sabrá que se ha reencarnado en el cuerpo de un asesino en serie JUNG GYU-CHEOL (Kim Jae-wook). Se trata de un artista que utiliza la sangre de sus víctimas como pintura, y para conseguirla, no duda en secuestrar y torturar a personas, sean inocentes o culpables de algún delito.
Los lienzos de este “artista” alcanzan millones en las subastas de arte.
Yi-jae, decide entonces aprovechar la oportunidad de estar dentro de este cuerpo para acabar con el otro psicópata de la serie: Park Tae-woo, el heredero del Grupo Taekang, y así “acabar con un demonio con otro demonio”
Por suerte para Yi-jae, pronto coincidirá con Tae-woo, que quiere comprarle una pieza de su arte. En un primer encuentro entre ellos, Yi-jae pierde la oportunidad de acabar con Tae-woo, pero ahora conoce la dirección de su casa.
Allí que se presenta nuestro protagonista, y cuando Tae-woo ve al enigmático pintor en la entrada de su casa, pierde pronto la paciencia y tras dos o tres frases le pega un tiro por la espalda con su escopeta.
Yi-jae que lo vio venir, llevaba preparado un chaleco antibalas y finalmente, consigue capturar a Tae-woo. Lo lleva al estudio de “pintura” donde planea cortarlo en pedazos, a pesar de que la muerte ya le había advertido que no podía matar a nadie.
Pero debido al tumor cerebral que tiene el cuerpo de Gyu-cheol, se desmaya y cae redondo al suelo. Esto le da a Tae-woo tiempo suficiente para romper sus ataduras y cambiar las tornas.
¿Quién es el malo de El juego de la muerte?
Cuando Yi-jae despierta, ve junto a él al psicópata de Tae-woo. Le cuenta que también él se sintió como un dios cuando atropelló y vio morir a un hombre delante de él, y que le encantaría volver a sentir esa sensación. Los psicópatas son así, una vez que prueban la sangre no hay marcha atrás.
Eufórico, Tae-woo ordena a Yi-jae que ruegue por su vida, que en lugar de suplicar le escupe a la cara y se ríe. Y así, experimenta el peor dolor físico y Vuelve a la puerta de la muerte.
Aunque parece que todo ha ido mal consu plan, Yi-jae continua riéndose en la cara de la Muerte. Y pronto descubriremos, que en realidad, todo estaba planeado para que Tae-woo asesinara al 8º cuerpo y ser capturado mediante el siguiente.
El novena cuerpo pertenece al AHN JI-HYUNG (Oh Jung-se), que se unió a la policia para seguir los pasos de su padre, aunque hasta el momento no ha tenido una gran carrera policial y se caracteriza por no ser demasiado valiente.
Yi-jae dirige a su equipo de policías al estudio de Gyu-cheol, donde encuentran las pruebas y grabaciones para resolver los casos del asesino en serio. Pero la última grabación de Tae-woo se la guarda para él. Sabe que la policía es corrupta y Tae-wo podría comprar la grabación y hacerla desaparecer, así que la envía a una cadena de noticias.
Efectivamente, Tae-wo tarda poco en aparecer por la comisaría ofreciéndole mucho dinero por la grabación, pero Yi-jae le responde que lo único que quiere es arrestarle.
Tae-woo es un tipo listo, y cuando ve a los periodistas, tergiversa la historia para convertirse en la víctima y justiciero: un buen ciudadano que ha acabado con un psicópata peligroso. Así que cuando se emite el vídeo en televisión casi se le considera un héroe.
Yi-jae tiene un plan B. Usando todas las habilidades que ha adquirido en los cuerpos por los que ha pasado. Yi-jae le tiende una trampa Tae-woo en el avión privado de este.
A diferencia de Tae-woo, que mató sin piedad a su hermano en el accidente aéreo, Yi-jae le da una oportunidad de sobrevivir, dejándole un paracaídas a su alcance. Tae-woo Salta y consigue aterrizar en tierra con el paracaídas… justo cuando se acerca a toda velocidad el coche de Yi-jae.
Tae-woo sobrevive a este nuevo impacto, pero queda indefenso a manos de Yi-jae, que le tapa la cara y comienza a asfixiarlo, de la misma manera que hizo Tae-woo con el séptimo cuerpo.
Pero matar va contra las reglas, y la Muerte aparece como un rayo para detenerlo.
No importa, Yi-jae está dispuesto a ir al infierno y a llevarse a Tae-woo con él. Le grita a la muerte que se joda con sus reglas. Es entonces cuando la pluma que pertenecía a Ji-soo cae al suelo.
Esto hace que Yi-jae vuelva en si y se marcha, dándole la espalda a Tae-woo. Pero como bicho malo nunca muere, éste se levanta una última vez y se lanza a apuñalarle.
Se por el destino o por la mano de la muerte, una ráfaga de viento arrastra a Tae-woo con el paracaídas y un camión le atropella. Se despierta días después en el hospital con ambas piernas amputadas, y además, ya todo el mundo se ha enterado de sus maldades.
Yi-jae le hace una última visita en el hospital y le dice que ahora le espera un infierno, la muerte en vida.
Pero todavía faltan algunas vidas
Una vez cumplida su venganza, Yi-jae pasa los días como detective Ahn, con la certeza de que la Muerte vendrá en algún momento para buscarle. Pasa un tiempo, y Yi-jae se acostumbra a esta vida, pero en una persecución con pistola se sacrifica para salvar a su compañero de trabajo.
Cuando regresa, la Muerte se burla de él ella se burla por haberse sentido orgulloso en su octavo cuerpo, y le pregunta si sabe quién es él realmente. Antes de poder responder, le dispara de nuevo en la cabeza.
Yi-jae despierta en su décimo cuerpo como un vagabundo (Kim Won-hae) y cuando ve en las noticias el fallecimiento del detective, decide asistir al funeral, orgullos de que todos le honren como un héroe.
La decepción llega cuando todos sus anteriores amigos y compañeros le ven como un apestoso vagabundo, incluso el compañero salvó la vida. Al darse cuenta de que vivir como otra persona no significa nada, Yi-jae trata de huir del cristal con los recuerdos de su cuerpo actual, y muere al caer por unas escaleras.
Ya sólo quedan dos balas, y Yi-jae decide que ya es suficiente. Su undécimo cuerpo es el de Kim Gun-ho, un hombre que tuvo todo lo que él deseaba en la vida: un trabajo, una casa, una familia…. Y que acabó perdiéndolo todo de la noche a la mañana, así que decide también suicidarse. En lugar de luchar por sobrevivir, Yi-jae se lanza al tráfico.
El undécimo cadáver resulta ser el mismo hombre que causó la crisis de Yi-jae en el primer episodio, y que el que lo atropelló (aunque esta vez por accidente) fue el propio Tae-woo.
Yi-jae se rinde y le dice a la Muerte, que le mande al cuerpo que sea, que planea acabar pronto también con el duodécimo cuerpo, e irse al infierno, pero la Muerte aún tiene una carta bajo la manga.
Final de El juego de la muerte. La última reencarnación
Cuando Yi-jae se mira en el espejo, encuentra a su madre (Kim Mi-kyung). A medida que sus recuerdos vuelven a él, Yi-jae se entera de los sueños de su madre, de los problemas que tuvo por criarle como madre viuda…. pero lo que más aprende de ella es su lucha por sobrevivir. Se da cuenta de que fue un tonto por desperdiciar su vida, después de todo lo que su madre hizo por él y le pide perdón por todo el dolor que le causó. Yi-jae decide honrar a su madre, y el deseo de ella de que siguiera viviendo.
Este episodio es un no parar de llorar. La desgarradora imagen de la madre reconociendo el cuerpo de su hijo muerto, y pidiéndole que por favor se levantara y se fueran a casa. No me imagino un dolor más grande que él de perder a un hijo, y es ese dolor que sufre Yi-jae ahora.
Pasa treinta y dos años en el cuerpo de su madre y tras la muerte de ésta, Yi-jae regresa a la puerta de la Muerte por última vez.
Se arrodilla ante la Muerte y le suplica otra oportunidad para vivir como él mismo y para volver a abrazar a su madre.
La Muerte le dice que ha ganado con sus reglas, y sacando una única bala, le concede una oportunidad más pero dependerá del azar que pueda volver a vivir.
Yi-jae coge la pistola, se apunta a la cabeza y dispara. Suena un disparo, la pantalla se queda en negro y volvemos a la azotea donde Yi-jae saltó. Suena su teléfono y esta vez responde a la llamada de su madre.
Con independencia de la historia ficticia, El Juego de la Muerte trata sobre la salud mental, en un país como Corea del sur, en el que la tasa de suicidio es altísima. Además de otros problemas muy graves como el bullying, el abuso infantil, la violencia, el sinhogarismo…
Cuando una persona muere, deja de sufrir, pero el dolor y el vacío quedan en aquellos que le querían. Ojalá todos tuviéramos la oportunidad de ver esto.
Yi-jae aprende que tenía personas en las que apoyarse, que le querían y que, aunque en la vida hay momentos de sufrimiento, también hay momentos de alegría, aunque a veces se vea todo oscuro.
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